La Escuela de Atenas

La Escuela de Atenas
En el centro podemos apreciar a Platón, sosteniendo el Timeo y apuntando hacia arriba, al mundo de las ideas, y a Aristoteles, con la ética en brazos y apuntando hacia abajo, a la realidad objetiva y lógica, a los alrededores están Pitágoras, Heráclito, Euclides, Ptolomeo, Epicuro y Zenón entre otros.

lunes, 31 de octubre de 2011

Filosofía es placer

¿Platón? ¿Aristóteles? Grandes genios sin duda alguna. Mentes maestras de la humanidad, semillas del saber y patriarcas del pensamiento occidental. No obstante, dedicaron su vida a encontrar la naturaleza del conocimiento, la relación entre este y la mente y los paralelismos entre lo que es empírico y lo que es abstracto. Sin embargo... ¿Cuál es el significado de una filosofía que pretende explicar el conocimiento antes de la felicidad? ¿Cuál puede ser el objetivo de la vida si no la búsqueda de la felicidad? Los pensadores de la antigua Grecia cometieron el error de suponer la vida como vicio y la solución en el conocimiento. Error grave porque la vida no puede ser vicio, y no puede serlo por el simple hecho de ser vida, el aliento divino que nos diferencia de las cosas inertes. Platón y Aristóteles, grandes pensadores, no estaban ni cerca de Epicuro, único filósofo clásico que reconoció la importancia del placer en la vida. Y que reconocía este placer como una ecuanimidad espiritual, una imperturbabilidad de la conciencia. Una imperturbabilidad que se adquiría por medio de la evasión de excesos y la experimentación moderada de los placeres vitales. Epicuro criticaba tanto los excesos hedonistas como la renuncia a la sexualidad, pues consideraba la felicidad en el equilibrio entre ambos opuestos siempre irracionales. Comportamiento típico en las filosofías orientales, cuyas enseñanzas cada día resultan mostrar paralelismos con los modernos descubrimientos físicos. La importancia de las doctrinas de Epicuro y los antiguos paradigmas orientales reside en el hecho de que muestran la felicidad como el fin último de la humanidad. Si bien, las religiones y pensamientos occidentales predican en su mayoría la muerte y el autosacrificio, Epicuro nos muestra la felicidad y el deleite como virtudes del espíritu. El vicio está en exceder o privar, pero nunca en la experiencia pura y moderada. Principal defensor del Libertinaje y la vida de placeres, Epicuro representa mejor a mi parecer, hasta ahora, a la visión humanista, tolerante y emotiva de las nuevas generaciones del siglo XIX, visión sumamente criticada por unos, y defendida por otros. De cualquier forma, para bien o para mal, visión que sin duda alguna terminará por crecer en el futuro de la humanidad, un futuro, para Epicuro, libre y feliz.

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